El aguacate: el “oro verde” que conquistó al mundo
- Terravo

- 20 oct
- 2 Min. de lectura
Pocos frutos han logrado lo que el aguacate mexicano: cruzar fronteras, conquistar paladares y convertirse en un símbolo de calidad y salud en todo el planeta.
Detrás de su color intenso y textura cremosa hay una historia de innovación, agricultura responsable y pasión por el campo.
En Terravo Empacadora, somos parte de esa historia.

El origen de un tesoro mexicano
El aguacate tiene sus raíces en Mesoamérica. Desde hace más de 10,000 años, las civilizaciones prehispánicas ya lo consideraban un alimento sagrado, símbolo de fertilidad y fuerza. Hoy, México sigue siendo el principal productor del mundo, responsable de más del 45% de las exportaciones globales.
El viaje del campo al mundo
Cada aguacate que llega a una mesa en Estados Unidos, Europa o Asia inicia su recorrido en las huertas mexicanas. En Terravo, ese viaje está lleno de precisión: desde la recolección manual en el punto exacto de madurez, hasta el proceso de limpieza, calibración y empaque, donde la tecnología garantiza frescura y trazabilidad total.
Más allá del sabor: un superalimento
El aguacate es considerado un superalimento natural, gracias a su perfil nutricional:
Rico en grasas saludables (Omega 9)
Fuente de vitamina E y potasio
Contiene antioxidantes naturales que ayudan al corazón y la piel
Bajo en azúcar y alto en fibra
Por eso, es protagonista en dietas equilibradas, cosmética natural y hasta suplementos alimenticios.
Sostenibilidad: el nuevo reto verde
El crecimiento del consumo global ha impulsado una nueva era en el cultivo. En Terravo promovemos prácticas sostenibles:
Uso eficiente del agua
Aprovechamiento de residuos orgánicos para compostaje
Energía optimizada en procesos de refrigeración y empaque
Creemos que el futuro del aguacate está en el equilibrio entre tecnología y respeto por la tierra.
El oro verde de México
Más que un producto, el aguacate representa el trabajo, la innovación y la confianza del campo mexicano. Cada fruto que sale de Terravo lleva el sello de nuestra gente, de nuestras huertas y de una promesa: del campo al futuro.



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